Desde hace algunos años el PAN de Nuevo León está secuestrado. A diferencia del modelo democrático que propugnaron sus fundadores, ahora el PAN es cerrado y autoritario y está alejando a sus mejores cuadros.
Viviendo su peor momento, entregado a los intereses de unos cuantos, el PAN de Nuevo León ha preferido perder elecciones, alejándose de las causas ciudadanas y por ende perdiendo preferencia y simpatía. Así sucedió en 2021, cuando pasó de tener un potencial triunfo a quedar en los últimos lugares.
La mala conducción del Partido Acción Nacional ha provocado la fuga de importantes perfiles y pesos específicos de la política neoleonesa. La salida de Jesús Nava solo es un reflejo de la vida interna del PAN caracterizada por la cerrazón y la exclusión de quienes piensan distinto.
Tristemente, en el PAN aplica la máxima de cancelar, invisibilizar, agotar y finalmente expulsar a quien no se alinea. Así pasó con Fernando Elizondo, Felipe de Jesús Cantú y ahora con Jesús Nava. Nada más y nada menos que como el viejo PRI al que tanto combatimos.
Es tiempo de regresar al origen. Es tiempo de recuperar el espíritu democrático y la misión humanista del Partido Acción Nacional en Nuevo León.
Senador Víctor Fuentes